Todos hemos escuchado las historias sobre afrodisíacos y sus poderes aparentemente mágicos para acrecentar la libido. Absolutamente nadie puede decir con certidumbre si determinados comestibles verdaderamente lo afectan biológicamente, mas es entretenido probarlos. Cuando examinemos la potencia de un músculo hay que realizar la resistencia justa que le deje moverse en toda su extensión, sin una presión tan grande que le impidamos moverlo. Igualmente, ya antes de someterle a resistencia hay que observar cuál es el movimiento natural de ese músculo y intentar no impedirlo. Al día siguiente, un sirviente halló a Don Juan sin vida, con el pecho atravesado por una espada, encima de un enorme charco de sangre. Nosotros vimos lo que había pasado, pero no podíamos contárselo a nadie, recordad que somos gatos. Enseguida llegaron los alguaciles, detuvieron a todo el servicio y fueron asimismo a por el clérigo, última persona que lo había visto con vida. Fueron todos interrogados, mas nadie pudo dar pista alguna sobre lo sucedido. ¡Ayyyyy si pudiésemos charlar! Existen varias situaciones cómodas que permiten simultáneamente el estímulo clitórico y la penetración. Por lo general son aquellas que permiten el libre acceso de la mano que estimula el clítoris y la posibilidad de que las caderas de la mujer puedan moverse contra la sínfisis púbica del hombre.
Estimulación escasa y también inefectiva
Primero habría que distinguir, hablando de sexo, a todo el mundo, en tanto que dentro de un abanico se podrían clasificar en erotofílicas o erotofóbicas. Dentro de esos extremos pues tenemos a la población. Ciertamente si juntas a una persona erotofílica con una erotofóbica, pues tal vez habrá problemas. Lo lógico es que, más o menos, se amolden a alguien afín a sus necesidades. Ahí entramos un poco en lo que es la demanda de la sexualidad. Hay personas que son completamente felices sin tener nada de sexo y no hay porqué, evidentemente, obligar a esa persona a tener sexo pues vive tan feliz sin sexo. En lo que se refiere a la compatibilidad al principio hay una atracción física evidente, lo que llamamos fase de enamoramiento, que Ortega y Gasset llamaba estado de imbecilidad transitorio. Está físicamente o fisiológicamente comprobado que dura unos 6 o bien ocho meses. Pasado ese tiempo pues ya empieza el declive y evidentemente al comienzo no veías defectos en la pareja, no veías ningún problema, entonces ya empiezas a verlos. Entonces esa compatibilidad que al comienzo sientes que hay. Entonces te tienes que ir amoldando o reeducando. El abedul. El abedul es la reina de las varillas: un largo y delgado paquete de abedul fresco o bien en escabeche, atado artísticamente con cintas, y se aplica a un fondo desnudo y sonrojado. Su gravedad puede ser determinada por el hecho de que se consideró un instrumento demasiado atroz en las escuelas británicas y, por lo tanto, fue reemplazado por el bastón. Un abedul se puede adquirir a través de tiendas especializadas o en casa.
Son buenas herramientas para realizar posteriores estiramientos
Si no marchan, si no nos cambian, si no nos dan la dicha, ¿por qué razón se venden tantos artículos de autoayuda? ¿Por qué razón alguien que no ha encontrado contestación a sus contrariedades en un artículo vuelve a comprarse otro? Tal vez sea por el hecho de que hay que buscar al auténtico, el que sí nos dé la clave de la dicha. Mas, ¿y si resulta que todos y cada uno de esos artículos sí cumplieron su cometido, y por eso se compran una y otra vez? El ensayo de Susan Sontag, La imaginación pornográfica, publicado en 1967, tuvo un impacto inmediato más grande que el texto de Marcus y pareció aun más radical. Y sin embargo, también había algo de anacrónico en su consideración de la pornografía como un nombre que designaba ciertas maneras de arte. Al codificar de forma tardía la opinión pública, los tribunales ya habían dictaminado que estos, 2 términos se excluían mutuamente; Sontag, sin embargo, comenzó por distinguir entre tres tipos de pornografía un tema de la historia social, un fenómeno sicológico y una convención o bien modalidad artística menor si bien interesante[413], y luego argumentó, cierto que de forma contundente, contra las razones empleadas para enseñar por qué el arte y la pornografía no podían coincidir; frecuentemente, afirmó, se le había negado calidad artística a la pornografía sobre la base de una definición de arte ya antes que de pornografía, y esta concepción de arte era limitante e, aun, opresiva. Una definición de literatura, señaló entonces (tal vez teniendo a Marcus en psique), que condena una obra por estar fundada en la ‘fantasía’ y no en la representación realista de unos personajes creíbles que viven en situaciones familiares, no podría comprender siquiera convenciones venerables como las del género pastoril, cuya presentación de las relaciones humanas resulta ciertamente esquemática, sosa y poco contundente.
O bien enumera 5 cosas positivas de tu cónyuge
Donna habló nuevamente. Es una mujer tan cachonda que precisamos llevar sus juguetes a donde quiera que vayamos. Espero que no te haya abochornado, querida. ¿Por qué razón no anulamos el pedido de bebidas? Creo que la mascota está ya lista para irse a casa… Smith evocó asimismo algunas anécdotas pintorescas que nada tenían que ver con Zola:Hoy mismo alguien le había referido el caso de un caballero que recibió en el campo un anuncio de botas y zapatos mandado por una casa de Londres, y dentro del anuncio había una pequeña nota en la que se decía que se mandarían fotografías si eran solicitadas. El caballero hizo, puesto que, la solicitud, y recibió un paquete con las más indelicadas fotografías de desnudos femeninos. (Mr. Smith) afirmó que en Inglaterra nosotros sufríamos de ideas equivocadas sobre lo que era la libertad [303].El resultado inmediato de la invectiva de Smith fue la adopción de una resolución: Que la Cámara deplora la veloz proliferación de literatura desmoralizante en este país, y es de la opinión de que la Ley contra las publicaciones impúdicas, estampas y fotografías indencentes, ha de ser aplicada con vigor, y si es necesario reforzada[304]. De nuevo, el asunto habría parado allí si la Asociación Nacional de Vigilancia no hubiera presionado hasta conseguir, en agosto de 1888, la expedición de una convocatoria para Vizetelly que mencionaba 3 novelas de Zola, La tierra, Nana y El hervidero (traducción aproximada de PotBouille). El magistrado que la expidió, John Bridge, las llamó los tres artículos más inmorales publicados nunca[305]). Era tal y como si una especie de manía autopropulsada se hubiera apoderado de las autoridades en lo que Ernest Vizetelly describiría más tarde como aquella hora de loca mojigatería y justicia inescrupulosa[306]. Al final de octubre, padre e hijo comparecieron en la Corte Delincuente Central frente al juez municipal sir Edward Clarke y un jurado bastante hostil; entre los fiscales estaba el joven Herbert Henry Asquith, quien prestaría a su país un servicio más meritorio como primer ministro en los años iniciales de la Primera Guerra Mundial.